Dia 3 CAMINO FRANCES VIRTUAL, 1/04/2020 – PAMPLONA-PUENTE LA REINA
Miércoles 1 de Abril 2020.
Foto bajada de www.eldiariodepamplona.es |
Salto de la cama, me aseo, visto, preparo la mochila, tomo mi taza de café
negro, degusto un par de tostas con queso cubiertas en salsa de tomate, me
pongo la chaqueta impermeable, me cuelgo la mochila, mi sombrero, sello la
credencial y salgo del albergue rumbo a Puente La Reina. Atravieso el casco
viejo, paso junto a la Ciudadela, continúo caminando a través de los campos de
la Universidad, cruzo por un puente medioeval Azella, sobre el rio Sadar, ya
voy dejando la ciudad atrás, para empezar a recorrer un sendero que me esta
llevando a Cizur Menor. Hasta el momento sin darme cuenta ya he recorrido 5
km., la lluvia ligera que me he venía acompañando paró…, a la entrada de Cizur
veo la iglesia de San Miguel, atravieso el pueblo y al salir me sorprende el
cambio de paisaje, de urbano a natural, veo campos de cereal y en la lejanía se
divisa la Sierra del Perdón, con un fondo de cielo azul intenso, aunque todavía
el cielo a mis espaldas esta gris.
fuente de Gambellacos |
Altos del Perdón |
Comienzo a ascender una subida fuerte de un par de kilómetros para llegar a cima de Alto del Perdón (770 msnm), llego, un poco cansado y la temperatura se ha elevado hasta 10ºC, el viento helado del norte se hace sentir. Suelto la mochila, me deleito la vista recorriendo el lugar, hago una visualización de 360º de un bello y maravilloso paisaje, es precioso, los peregrinos que allí se encuentran todos tienen cara de felicidad, aunque recuerdo a varios de ellos durante la subida que tenían otra, nada parecida a esta.
Altos del Perdón |
Estoy en la mitad de la etapa, así que aprovecho para tomar un refrigerio
que había comprado ayer en Pamplona que me ayudará a calentarme un poco… (Un
trozo de tortilla, una chistorra pequeña, un trozo de queso Roncal, un bote
pequeño de espárragos y una pequeña botella de vino tinto de la zona, un
garnacha que me regaló ayer mi amigo Pancho). El zumbido de los molinos eólicos
era suave, los que estaban cerca estaban apagados.
Me llamó la atención una señal en donde podías observar las distancias de
allí a varios lugares del mundo.
Ya era tiempo de continuar, quería llegar un poco temprano para poder visitar la Iglesia de Nuestra Señora de Eunate, Así que manos a la obra, una señal me indica que falta 11 km. Comienzo a descender por una bajada muy pedregosa y empinada; luego de caminar con mucho cuidado unos 3 km llego a Uterga, de allí en adelante, aunque sigo descendiendo ya es sobre pistas agrícolas y un sendero rural, entre campos de cereal, hasta llegar a Muruzábal.
Tengo que tomar la decisión si continuo por la ruta tradicional, o tomo el
desvío a la Ermita. Veo la hora y son las 3:00 pm, tengo tiempo, así que tomo
el desvío, son 2,4 km. y me toma media hora llegar.
Iglesia Santa María de Eunate |
https://www.turismo.navarra.es/esp/organice-viaje/recurso/Patrimonio/3118/Iglesia-de-Santa-Maria-de-Eunate.htm
Entablo conversación con uno de ellos, se llama Abraham Bravo, empezamos la
visita a la Iglesia, le comento que soy oriundo de Venezuela, pero con muchos
años viviendo en USA. Me comenta que él es Sevillano, íbamos alternando la
visita con nuestra conversación, platicando de diferentes temas especialmente
de nuestras experiencias de peregrinos. El me comenta: ¨ Encontrarme contigo
Leopoldo fue para mi resurgir de mis energías, estaba en ese pensamiento que
ronda alguna vez la cabeza del peregrino y andando con algo de prisa, verlo me
recordó mi primer camino, al llegar a Puertomarín vi algo que se me quedo
grabado para siempre "no corras, donde tienes que llegar es a ti
mismo",
Continuamos conversando y me dice: ¨la conversación me ha llevado, por tu
acento, a acordarme de mis amigos venezolanos y esa energía que tienen¨.
Ya nos habíamos deleitado con la visita a la Iglesia. Empezamos a caminar
rumbo a Puente La Reina. La conversación era cada vez más amena e interesante. Decidimos
hacer una parada para hablar de nuestros caminos anteriores, de la gente que
conocimos, me comenta que acaba de acordarse de: ¨Hanki el coreano y sus amigas
catalanas, con los que compartí un camino inolvidable en puertas de una semana
santa¨. Y continúa diciendo: ¨Leopoldo tienes muchas vivencias, tantas que
necesitamos años caminando para que me las cuentes todas, el camino es eso,
conocer y compartir y yo estaba dispuesto a que me contara todas sus vivencias
en Venezuela y EEUU, mi más íntimo deseo era matar ese gusanillo interior que
me dice vete, busca, vete a vivir a otros países, claro para mi es admirable todo
lo que me cuenta...¨ Así comenzamos a caminar de nuevo como amigos que se
conocen de toda la vida... Mañana caminaremos juntos de nuevo y les iré
contando más anécdotas de mi compañero de camino.
Llegamos a Puente la Reina, quedamos en encontrarnos mañana temprano para
desayunar y hacer juntos la próxima etapa.
Me dirigí por la calle Mayor, en busca del albergue, me registré, me aseé, dejé
la mochila y me fui a comprar algo de víveres para mañana. Recorro el pueblo
para luego buscar un sitio que me llame la atención para cenar. De pronto cerca
del Puente veo un grupo de peregrinos conversando jocosamente, me acerco y de
una manera empática me piden mi opinión… La conversación giraba en torno a 2 compañeros
completamente opuestos, uno (Alberto) que era totalmente fiel a seguir su ruta
al pie de la letra, de acuerdo con la guía del Camino que había comprado y el
otro ( Fernando), completamente libre de guía, distraído, se había perdido unas
cuantas veces por no ver las flechas amarillas, por estar observando ya fuese
el paisaje, las personas, la naturaleza, o cualquier otra cosa, pero siempre al
rato volvía a encontrar el Camino. Las risas de los compañeros giraban en torno
a la discusión. Después de un rato, se planteó cuál de los dos estaba realmente
disfrutando y viviendo el Camino. Otro de ellos, llamado Francisco, alto, flaco
y con una barba blanca se me acerca y me dice, compañero tú que has estado
presente en la discusión, ¿cuál es tu opinión? En ese momento, haciendo tiempo
para pensar, les comento que me espera una mesa para cenar y que al terminar
vuelvo con ellos, (realmente me habían sembrado una duda existencial sobre mi
manera de actuar, no podía seguir viviendo de tal forma, sentí que ese
formalismo o ser cuadriculado me han hecho vivir una buena vida, pero no vivir
la vida). No muy lejos, para seguir escuchando la conversación, le pido al
camarero unos cogollos de Tudela con anchoas, un estofado de cordero y de
postre un muxu goxo. La discusión de los peregrinos continuaba, me daba la
impresión de que estaban divididos y hasta empatados. Al terminar, me acerco de
nuevo y les contesto… cada uno parece que esta haciendo el Camino a su manera,
parece que ambos disfrutan. Si, si, eso es correcto, pero ¿cuál de los dos
consideras que está viviendo el Camino? Pienso para mis adentros, yo soy
bastante cuadriculado y disfruto así mi vida con sus altos y bajos, en muchas
cosas soy muy formal, he tratado de ir cambiando un poco, algo he logrado, pero
sé que sigo siendo cuadriculado. Y les respondo: Para mi ambos tienen razón y creo
que ambos la disfrutan desde su perspectiva, pero me inclino a pensar, es mas a
sentir, que el que esta viviendo más el Camino es Fernando…
Ya el cansancio se va acentuando, me dirijo al albergue y me acuesto. Mañana será otro día.
Ya el cansancio se va acentuando, me dirijo al albergue y me acuesto. Mañana será otro día.
Total, caminé 27 km., en 7:00 horas.
Acumulado Km. (27+17+27) =71.
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