
Llegada a Roncesvalles 29/03/2020
Ayer domingo 29 de marzo del 2020, en cuarentena física como debemos estar todos en el mundo, cerré los ojos, tratando de pensar en cosas buenas, agradables que nos hiciesen hacer más llevadera la situación en que actualmente vivimos.
Me quedé pensando, la cabeza me daba vueltas y comencé a sentir una fuerza extraordinaria y de pronto me vi que estaba preparando mi mochila, buscando mi bastón de madera, mi chaqueta impermeable, mi gorra, etc., al terminar de empacar, una vez vestido listo para comenzar, me di cuenta de que estaba todavía a muchos kilómetros del Camino. Vivo en Jacksonville Fl. USA y en línea directa a Roncesvalles, Navarra, son aproximadamente unos 7.500 Km. ¿Ahora que hago?, como me traslado? hasta mi punto de partida, no hay vuelos. En eso volví a oír la voz, ¨Mentalízate, cierra los ojos, siente que te estas trasladando a Roncesvalles, no dudes, fija tu mente, propóntelo, cree en ello y veras¨.

Vi el reloj que indicaba que eran las 3 pm, fui caminado hacia el albergue de peregrinos localizado dentro de los muros de la Colegiata (Edificada en el siglo XIII), oía voces pero no veía a nadie, casi llegando a la entrada del Albergue, me percaté que venían de dentro del local. En la entrada estaba una señora muy amable que me dio la bienvenida me dijo, ¨Adelante Peregrino, llegas a tiempo, han llegado otros peregrinos, todos preparándose para comenzar su camino mañana lunes, después que te acomodes, aprovecha de conocer la Colegiata y a las 8:00 pm, vamos a tener la misa del Peregrino en la Capilla¨.
“Amigos peregrinos, ahora si os parece bien podéis acercaros y situaros de pie ante las gradas del altar para que os despidamos con una bendición especial para vosotros siguiendo en esto un texto y un rito del siglo XI”
Seguidamente los peregrinos presentes se levantan y se acercan al altar rodeando al canónigo que recita la bendición, que está inspirado en un texto en latín hallado en un misal de la catedral de Vic, en Cataluña, y que data del siglo XI:
“Oh Dios que sacaste a tu siervo Abraham de la ciudad de Ur de los Caldeos guardándolo en todas sus peregrinaciones y que fuiste el guía del pueblo hebreo a través del desierto te pedimos te dignes bendecir a estos tus hijos e hijas que por amor a tu nombre peregrinan a Compostela. Se para ellas y para ellos compañero en la marcha, guía en las encrucijadas, defensa en los peligros, albergue en el camino, sombra en el calor, luz en la oscuridad, consuelo en sus desalientos y firmeza en sus propósitos, para que por tu guía lleguen incólumes al término de su camino y enriquecidos de gracias y virtudes vuelvan gozosos a sus casas llenos de saludable y perenne alegría”.
La bendición se repite de manera resumida en otros idiomas por el Subprior Navarro, que la recita en francés, italiano, portugués, inglés, alemán, polaco, japonés, coreano, euskera y latín.
"Marchad pues, en nombre de Jesús, que Él es el Camino, en la peregrinación por la vida y rezad por nosotros cuando lleguéis a Compostela. ¡Ultreia et Suseia!
Y ahora, como es aquí la tradición, saludamos a la Virgen con el canto de la Salve”
Y para finalizar la ceremonia se produce el canto de la Salve a la Virgen, con los peregrinos junto al altar y los feligreses de pie en los bancos. Ha comenzado el Camino… (1)
Seguidamente los peregrinos presentes se levantan y se acercan al altar rodeando al canónigo que recita la bendición, que está inspirado en un texto en latín hallado en un misal de la catedral de Vic, en Cataluña, y que data del siglo XI:
“Oh Dios que sacaste a tu siervo Abraham de la ciudad de Ur de los Caldeos guardándolo en todas sus peregrinaciones y que fuiste el guía del pueblo hebreo a través del desierto te pedimos te dignes bendecir a estos tus hijos e hijas que por amor a tu nombre peregrinan a Compostela. Se para ellas y para ellos compañero en la marcha, guía en las encrucijadas, defensa en los peligros, albergue en el camino, sombra en el calor, luz en la oscuridad, consuelo en sus desalientos y firmeza en sus propósitos, para que por tu guía lleguen incólumes al término de su camino y enriquecidos de gracias y virtudes vuelvan gozosos a sus casas llenos de saludable y perenne alegría”.
La bendición se repite de manera resumida en otros idiomas por el Subprior Navarro, que la recita en francés, italiano, portugués, inglés, alemán, polaco, japonés, coreano, euskera y latín.
"Marchad pues, en nombre de Jesús, que Él es el Camino, en la peregrinación por la vida y rezad por nosotros cuando lleguéis a Compostela. ¡Ultreia et Suseia!
Y ahora, como es aquí la tradición, saludamos a la Virgen con el canto de la Salve”
Y para finalizar la ceremonia se produce el canto de la Salve a la Virgen, con los peregrinos junto al altar y los feligreses de pie en los bancos. Ha comenzado el Camino… (1)
(1) Tomado del Block Pensamientos del Camino en Roncesvalles. Julio Ascensión,
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